El
creciente interés por el patrimonio medieval se ha extendido no sólo a edificios
religiosos sino también a los civiles y militares. En este panorama cabe
mencionar el importante valor de los puentes medievales, desde muy diversos
puntos de vista: arquitectónico, histórico, económico, simbólico y por
supuesto, estético.
Muchos
de aquellos puentes construidos durante los siglos medievales han perdido su
utilidad primitiva, pero siguen siendo una sorpresa visual de primer orden para
quien se topa con ellos, sobre todo si -como suele suceder- se encuentran en
bellos parajes rurales, como el de la foto lateral (Puente de Covatillas, entre
Torreiglesias y Peñasrrubias de Pirón - Segovia).
Historia y estructura
A
lo largo de los siglos románicos y con el renacer de la movilidad de gentes y
mercancías de unos lugares a otros, a lo que no es ajeno el trasiego de
peregrinos se hizo necesaria la construcción de nuevos puentes o de
reconstrucción de los que perduraban de origen romano.
Existen
características comunes de los puentes medievales de estos siglos y los que se
fueron erigiendo posteriormente a lo largo de la Edad Media hasta la llegada
del Renacimiento.
La
mayoría tiene un número de ojos o arcos impar de tal manera que los laterales
son los más pequeños creciendo en diámetro hasta el central que es el mayor y
coincide con el punto de mayor caudal del río que atraviesan. Esta disposición
de arcos creciente hacia la mitad genera un perfil a dos vertientes con el
característico "lomo de asno".
Los
arcos de los puentes medievales pueden ser de medio punto (en época románica y
al final de la Edad Media cuando se vuelve a imponer el arco semicircular con
motivo de los nuevos aires renacentistas) o ligeramente apuntados en los siglos
góticos.
Éstos
apoyan sobre machones prismáticos que pueden llevar por encima un arco de
descarga. Adosados se colocaron tajamares de planta angular orientados aguas
arriba para dividir la corriente y aliviar la presión ejercida.
Estos
puentes tenían pretil y a menudo se construían torres en el eje del puente o a
su entrada. Estas construcciones permitían tener soldados que controlaban el
acceso bien con motivos defensivos o de cobro de peajes y aduanas
Simbolismo
Desde
el punto de vista del simbolismo románico el puente románico y por extensión
todo puente medieval, con su característica forma tiene una expresión
espiritual ligada a la transición entre dos estados espirituales. Según el
experto en simbolismo J. Cobreros " Las dos orillas representan dos
estados diferentes del ser, vinculados por el hilo fino que es el puente... El
paso del puente no será otra cosa que el recorrido del eje, medio por el cual
se unen los diferentes estados . Se pasa así del sentido más horizontal, como
puede ser el puente concebido como línea que une dos orillas, al sentido
estrictamente vertical de eje del Mundo.. Esto explica en el orden constructivo
las acusadas pendientes de muchos grandes puentes medievales. Porque todos esos
puentes con perfil de lomo de asno no están buscando otra cosa que la verticalidad..."
Puentes medievales en España
La
distribución de puentes medievales en España es tan extensa que es imposible
hablar de ello aquí. En cualquier aldea, valle o riachuelo podemos
sorprendernos con las espigadas y elegantes siluetas de un puente románico o
medieval.
Son
muy conocidos algunos como el de Puente la Reina (Navarra) construido para
facilitar el paso a los peregrinos al Camino de Santiago. El de Cangas de Onís
(Asturias) sobre el río Sella es espectacular y de un estilo gótico muy
depurado, como el de Besalú (Girona), en este caso, románico. Los de Frías
(Burgos) y Balmaseda (Vizcaya) tienen unas estampas muy medievales gracias a
sus fortificaciones.
El
puente de Capella (Huesca) es mucho más desconocido pero grandioso con su
estructura de siete arcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario