Escultura románica
El Neoplatonismo defendido por San Agustín generó
durante gran parte de la Edad Media la certeza de que el mundo natural es sólo
una apariencia intermedia tras la que se oculta la verdadera realidad
transcendente de Dios.
En este contexto, el arte debe rechazar la
representación de la Naturaleza tal como se percibe por los sentidos y se exige
extraer las verdades ocultas y el orden lógico que se esconden tras las formas
físicas.
De esta manera, las formas que adopta el románico
se basan en una idea del arte desarrollado por y para la inteligencia humana,
no para sus sentidos. No pretende, como otros estilos anteriores y posteriores,
copiar fielmente la naturaleza circundante, sino conceptuar la belleza de una
manera abstracta y racional.
En el campo de la arquitectura, esto se traduce en
el exclusivo uso de geometría euclidiana, es decir, de las figuras geométricas
más simples. Es una arquitectura de "escuadra y compás" donde
cuadrados, círculos, cubos y cilindros, se disponen con un sentido estricto del
orden y la simetría. La belleza y armonía que transmiten no es, por tanto, el
resultado accidental del artista que por intuición desarrolla unas formas bellas,
sino un hecho calculado.
En el campo de la escultura, ésta se subordina a la
arquitectura y sigue los mismos planteamientos de sometimiento al orden
racional y la lógica. La "Ley del Marco" y la "Ley del Esquema
Geométrico" enunciadas por Focillon reflejan este hecho con pleno acierto.
La Ley del Marco obliga al escultor románico
a adaptar sus figuras al marco arquitectónico que las soporta. Esta ley es
fácilmente evidenciable en las esculturas de los tímpanos, ya que debido a su
forma circular obliga a los personajes a adoptar diferentes alturas o a
inclinar y agachar sus cuerpos para no interrumpir la armonía del trazado
semicircular.
La Ley del Esquema Geométrico exige al
escultor que, aunque no se vea presionado por el marco arquitectónico, las figuras
de su escultura han de tener una lógica geométrica intrínseca, como, por
ejemplo, que sus figuras guarden simetría, formen figuras parecidas a
cuadrados, círculos, cruces, etc. sin importar que este "forzamiento"
distorsione la realidad de animales o personas talladas.
Como conclusión, en la escultura románica se
adoptan las formas y proporciones más adecuadas para ajustarse a un orden
geométrico racional. Por ello, en la escultura románica de portadas, cabeceras
y fachadas encontramos personajes o animales achaparrados o de altura excesiva,
a menudo realizando escorzos imposibles, y frecuentemente con perspectivas
absurdas. Nada de esto invalida su belleza, si somos capaces de despojarnos de
nuestra manera de pensar positivista.
Iconografía cristiana
Uno de los principios que rigen la escultura
románica es la de su funcionalidad para la comunicación y transmisión de ideas
mediante meticulosos programas iconográficos. Estas ideas pueden ser simbólicas
o simplemente descriptivas de episodios bíblicos
Dirigidos a un público analfabeto, los programas
iconográficos de iglesias y catedrales se convertían en verdaderas Biblias de
piedra.
En el comienzo del románico prevalecen las escenas
del Antiguo Testamento como la creación del ho,mbre y el pecado original.
Pero rápidamente adquieren especial fuerza las
historias del Nuevo. Escenas del ciclo de la Natividad (la Anunciación,
Nacimiento, Epifanía...).
Especial importancia adquiere -sobre todo en los
tímpanos de las portadas- el Juicio Final con Cristo en Majestad bajando desde
los Cielos en la mandorla mística rodeado por los cuatro evangelistas en forma
de Tetramorfos y en ocasiones el peso de las almas.
Posteriormente, la figura de María compite con la
anterior y es frecuente que aparezca la Virgen en Majestard con el Niño sentado
en sus rodillas bendiciendo.
El Bestiario
Procedente del mundo grecorromano, bizantino y persa,
el bestiario fantástico se apodera del mundo románico no sin resistencias y
críticas por pensadores de la época. Pero el románico sacraliza esta estética
pagana convirtiendo a los animales -tanto reales como imaginarios- en
portadores de virtudes o perversiones, por lo que su aparición en capiteles,
canecillos, tímpanos, etc. es reinventada y usada con sentido de enseñanza y
advertencia.
Quizás es el bestiario fantástico el motivo
escultórico que más interés genera entre nosotros y el que mayor efecto de
intimidación provocaría en el hombre medieval.
Creado por combinación de partes de animales
diferentes, su estampa, en ocasiones atroz, se reforzaba mediante lucha con
hombres indefensos, con el objetivo de conmover para renegar del pecado.
Aunque cualquier símbolo tiene dualidad de significados,
incluso completamente opuestos, el románico usó ciertos animales con
predilección para manifestar el bien y otros como formas del mal y del diablo.
Entre los primeros se encuentran fundamentalmente
las aves en general, a menudo por comparación con el alma, ya que pueden
ascender y alejarse de lo terrenal en busca del Cielo, y en ocasiones se les
representa picando sus patas para poder despegar de la tierra y poder volar
hacia el cielo (VER IMAGEN LATERAL de un capitel del Monasterio de Leyre).
También el león o el águila por su
fuerza y nobleza suelen representar valores positivos, inclusive al propio
Cristo. Es frecuente encontrar leones águilas y grifos en las enjutas de las
portadas, como guardianes del templo. Un ave especialmente representada como
ejemplo del bien es la cigüeña, por su carácter de ave de buen agüero,
además de ser monógama comer serpientes (se le representa a menudo con una
serpiente en su pico)
En la nómina de los animales frecuentemente
relacionados con el mal solemos encontrar al mono, como caricatura
grotesca del hombre, la serpiente, símbolo por antonomasia del pecado y
del demonio, la liebre y el conejo asociados con la lujuria por
su fertilidad, el jabalí y el cerdo por ser la lujuriosos, sucios
y perezosos, la cabra, el macho cabrío, etc.
Dentro del bestiario fantástico existen animales
usados con frecuencia con carácter positivo, como los grifos (cabeza de
y alas de águila y cuerpo de león) que dada la combinación de animales nobles
se usan, como se ha indicado, como guardianes en las entradas (puertas y
ventanas) de las iglesias.
Sin embargo, la nómina de animales fantásticos
maléficos es mucho más amplia. Los dragones son los más genuinos
enemigos de Dios y el hombre. Su representación en el románico se aleja de las
formas que las leyendas nórdicas de siglos posteriores han hecho llegar hasta
nuestros días. El dragón románico es una ave con cabeza perruna de grandes ojos
y cuencas profundas, con orejas puntiagudas y alargadas fauces amenazantes. Su
cola es de serpiente y en ocasiones en lugar de patas de ave muestra pezuñas.
Otros animales maléficos son las arpías
(cuerpo de rapaz, busto femenino -aunque en ocasiones también masculino- y con
frecuencia, cola de serpiente) y la sirena (cuerpo femenino y cola o
colas de pez), ambas representando la seducción y atrapamiento por los placeres
carnales.
Los basiliscos (cabeza monstruosa con cresta
de gallo con cuerpo y cola de serpiente) son los encargados de transportar las
almas de los condenados al infierno. Los centauros (cabeza y tronco
humanos y resto de caballo o equino) simbolizan la brutalidad y lujuria y con
frecuencia se les representa con arco y flecha disparando a sirenas.
Iconografía profana
Junto a motivos estrictamente religiosos, el
románico, sobre todo a medida que evoluciona y se arraiga en el ámbito rural
alejado de las principales rutas de peregrinación, incorpora motivos de tipo
costumbrista o anecdótico.
Suelen ser los canecillos de las iglesias rurales
las que con mayor abundancia se adornan con esculturas que representan las
costumbres de la época (cacerías, fiestas, banquetes, lances guerreros...) o la
vida social, incluyendo a personajes más o menos corrientes en actitudes
cotidianas.
A menudo se pueden reconocer diferentes cargos
eclesiásticos y civiles). Esta tendencia llega hasta su máximo extremo al
aparecer en innumerables iglesias (Cantabria es conocida por ello, pero sin
duda, su dispersión es completa en el panorama románico español) motivos
explícitamente eróticos.
La evolución al gótico. La recuperación del
naturalismo
El siglo XII trae consigo importantes cambios en la
mentalidad europea. San Bernardo da un duro golpe a la amanerada vida monacal
de la época dominada hasta entonces por los cluniacenses, verdaderos promotores
del románico como lo conocemos. Las doctrinas de Aristóteles, prohibidas en
muchos casos, empiezan a penetrar en el mundo cultural de las universidades y
con ellas se produce un acercamiento al mundo natural.
El gótico es fruto de esta evolución y vuelta al naturalismo.
En el campo de la arquitectura, aunque se continua apegado a normas geométricas
del pasado, la libertad para el uso de las formas es mucho mayor y se resuelven
problemas arquitectónicos con soluciones ingenieriles plenos de pragmatismo
(con "inventos" tan útiles pero "poco coherentes
geométricamente·" como la bóveda de crucería o el arbotante)
Las fachadas ya no guardan un sentido tan
estrictamente simétrico y la escultura "empieza a moverse". El
hieratismo desaparece y los personajes adoptan posturas cómodas en la piedra,
sonríen y parecen desear la seducción estética gracias a sus gentiles gestos,
sus cuidados vestidos y peinados cabellos.
En este sentido, el Pórtico de la Gloria de la
Catedral de Santiago es paradigmático de esta evolución. Algunos autores han
llegado a juzgar al Maestro Mateo con dureza como responsable de la
desacralización del arte románico y su derivación hacia un arte mucho más vacío
de contenido transcendente. Esta influencia se hace notar en toda la escultura
del último cuarto del siglo XII y las primeras décadas del siglo XIII, como en la
Anunciación de la Basílica de San Vicente de Ávila.
Historia de la escultura románica en España
No es fácil hacer un compendio de la historia de la
escultura románica ya que que cada investigador que se ha enfrentado al tema ha
interpretado y defendido teorías diferentes para explicar la historia de la
escultura románica española.
No podría ser de otra manera pues el objeto del
estudio está muy incompleto. Nos faltan muchos de los edificios principales que
fueron, paradójicamente, víctimas de la piqueta para ser reconstruidos en otros
estilos (catedrales y monasterios). Lo que hace que las relaciones estilísticas
se hagan de manera forzada. ¿Qué habría sucedido si la catedral de Jaca hubiera
desaparecido? Probablemente el jeroglífico el arte románico en España se habría
resuelto de otra manera muy distinta a como hoy se hace.
Habitualmente se establece una directa relación
entre las primeras grandes tallas esculturas románicas del Camino de Santiago
en España con el sur francés.
Los capiteles de Frómista y Jaca que representan
desnudos de influencia grecorromana se han interpretado como un
redescubrimiento del mundo clásico también realizado en la catedral de San
Sernin de Tolouse. En esta onda no debe estar muy alejada ni la Puerta de las
Platerías de la Catedral de Santiago ni las dos puertas meridionales de San
Isidoro de León.
También se han relacionado determinados capiteles
pseudocorintios de la catedral compostelana con algunos de los más antiguos de
otra catedral francesa del Camino, la de Conques.
Estas relaciones estilísticas directas entre
diversas construcciones del Camino de Santiago al norte y sur de los Pirineos
no debe extrañar por ser la ruta jacobea el principal transmisor de tendencias
y -lo más importante- de contratación de maestros y talleres artísticos en
busca de nuevos encargos.
En Silos aparece un magnífico taller (el llamado
primer taller de Silos) alejado de influencias francesas y relacionado con la eboraria
musulmana. Además de algunos magníficos capiteles del claustro son reseñables
las escenas colocadas en los machones angulares el claustro, sobre todo la
"Duda de Santo Tomás" y "Los discípulos de Emaus".
El Segundo taller, mucho más naturalista tuvo mayor
influencia en grandes comarcas de Burgos, Palencia y Soria.
En el siglo XII, el románico en Aragón está marcado
por dos talleres que van a dejar una amplia influencia en muchas iglesias, los
de Uncastillo y San Juan de la Peña.
Navarra, por su lado, a lo largo del siglo XII
recibe todo el efecto de la evolución del románico y gótico francés, pues es el
Camino de Santiago atraviesa plenamente sus tierras. La fachada de Sangüesa con
sus estatuas columnas es heredera de Chartres, como lo serán en tierras
castellanas las iglesias de San Vicente de Ávila (puerta occidental) y San
Martín de Segovia (Pórtico occidental).
En Cataluña, la manifestación escultórica más
espectacular se realiza en el Monasterio de Santa María de Ripoll, articulada
como un verdadero arco triunfal romano mediante siete frisos paralelos y
superpuestos con un amplísimo repertorio iconográfico.
![](http://www.historiayarte.net/images/arte-romanico-escultura.jpg)
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