La Arquitectura Otónida en
Alemania
La peculiar experiencia
sociopolítica de Alemania durante el siglo X va a determinar en buena medida
los avatares del románico construido un siglo después en tierras germánicas.
Desde que Otón I el Grande
(912-973), emperador y fundador del Sacro Imperio Romano se impone al poder de
Roma, y al mismo tiempo se convierten en defensor y difusor del Catolicismo
hacia el oriente de Europa, los emperadores otónidos se convierten en los
verdaderos "jefes de la cristiandad".
En ese contexto en que es el
emperador y no el Papa el representante de Dios en la Tierra, los edificios de
la época deben reflejar tan inmenso poder y se abordan obras de majestuosa
monumentalidad.
Para algunos autores a la
arquitectura otónida en Alemania no se la debe asociar plenamente con la
románica que se desarrolla paralelamente en el resto del occidente europeo, por
poseer características propias gestadas en un ambiente político diferente.
Nosotros la consideraremos una variedad regional más.
La arquitectura románico-otónida
es heredera de la carolingia y de ella recibe algunas de sus más importantes y
diferenciadoras características.
Los edificios suelen superar
ampliamente los 100 metros de longitud y, por ejemplo, a la Catedral de Spira
se le considera el mayor templo románico conservado de la Cristiandad con sus
133 metros de longitud.
Tienen tres naves, doble
transepto y también doble cabecera (la segunda coincidiendo con el extremo
occidental del templo). Esta hipertrofia de los pies del templo llamada
"westwerk" añadía a la iglesia un gran pórtico y una tribuna regia
flanqueadas por dos elevadas torres. Tal mole -inexistente en el resto del
románico europeo- pretendía representar la fusión del poder terrenal del
emperador con el poder religioso y era la "parte privada y reservada"
por donde accedía el soberano y escuchaba Misa.
Las portadas no adquieren
importancia ni resalte y los capiteles suelen ser cúbicos o levemente esbozados
pero en general son carentes de escultura, por lo que ésta se aplica a la
orfebrería.
Otra característica de este arte
en Alemania es la altura de las naves, que unido al numeroso repertorio de
torres prismáticas o cilíndricas (dos en la fachada, dos flanqueando el ábside
más la linterna o cimborrio octogonal) generan una acusadísima impresión de
verticalidad, alejada radicalmente del tópico de la horizontalidad románica. Un
buen ejemplo primitivo y que se puede considerar "prototipo" del
románico-otónido es San Miguel de Hildesheim.
Grandes obras: catedrales de
Spira, Worms y Maguncia y la Abadía de Maria Laach
La magnificencia del románico
otónido se puede presenciar en la catedral de Spira. Esta ciudad renana tuvo
gran importancia durante el Sacro Imperio siendo sede anfitriona de 50
asambleas imperiales. Su catedral se construyó entre 1030 y 1060, pero fue muy
remodelada a finales de ese siglo, entre 1080 y 1106, incluyendo el reforzamiento
de los pilares interiores mediante semicolumnas para poder abovedarla
completamente.
La antigua catedral otoniana de
Maguncia debió ser reconstruida tras un incendio sufrido en 1081 pero
reaprovechando partes antiguas. Las obras de reconstrucción se debieron
desarrollar en las cuatro primeras décadas del siglo XII. En pleno siglo XIII
se añadió el cuerpo occidental compuesto por un gran transepto, una cabecera
triconque y una torre con partes de diferentes siglos posteriores (gótico y
barroco).
Hacia el año 1171 empezó la
construcción de la imponente catedral en la ciudad renana de Worms. La planta
presenta tres naves y un amplio transepto en cuyo centro se levanta una gran
cúpula. Tras el transepto encontramos un coro cuadrado que acaba en un ábside
semicircular flanqueado por torres circulares.
La Abadía benedictina de Maria
Laach junto a los lagos volcánicos de Eiffel es una preciosa iglesia, de las
más armónicas de Alemania.
Fue fundada en 1093 y es conocida
por la perfección y equilibrio arquitectónico de su cuerpo occidental.
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